domingo, 17 de enero de 2016

We need an update

El siguiente artículo fue redactado originalmente como respuesta a una lista de correo, y por su contenido consideramos interesante compartirlo públicamente.

Estimados y estimadas colegas difusor@s:
Entiendo que hemos afrontado a nivel político cambios rotundos en gran parte de nuestra querida Argentina. Oigo por ahí de "resistencia" y otras palabras con un significado que va mucho más allá del que muy frívolamente se les da hoy día.
Quiero remarcar que las autoridades que están cumpliendo funciones en el país fueron elegidas por la voluntad popular en un proceso democrático, por lo que intentar derrocarlas, o resistirlas, sería oponerse a lo que la GENTE, no las corporaciones han elegido. Las corporaciones se someten a la voluntad del mercado, no del gobierno. El gobierno se somete a la voluntad de los ciudadanos, no de las corporaciones.
Entiendo que haya diferencias de formación político-teológica y cosmovisiones diferentes en cada individuo, y eso es lo que nos enriquece como sociedad democrática. Combatir todo lo que es en primera impresión distinto nos vuelve al tiempo de las cavernas. Analicemos a fondo los alcances a mediano y largo plazo de aquello que parece estar cambiando las cosas.
Es naturalmente inherente al ser humano resistirse a aquello que le es novedoso o desconocido, es parte de nuestro instinto de autoconservación y supervivencia, pero ya no cazamos para comer, de hecho en un par de décadas no habrá que matar una vaca para comerse un asado, ya que la carne se fabricará con impresoras 3D y otras tecnologías de confección de tejido vivo, por ejemplo. Otro ejemplo: yo me resistí por años a comprar un smartphone, porque no quería gastar un dineral en un teléfono lleno de cosas que parecen una mala imitación de una computadora, pero al final me regalaron uno, y entendí por qué poca gente se comunicaba antes conmigo: les ocasionaba un gran costo e incomodidad.
Necesitamos actualizarnos. Seguimos hablando de "golpismo", "oligarquía", "gorilas" y "peronchos", conceptos que pertenecieron a una Argentina de mitad del siglo pasado, a una realidad propia de nuestros padres y abuelos. Seguimos hablando de "derecha" e "izquierda", cuando cientos de kilómetros y unos cuantos siglos nos separan de la antigua Roma. Escucho a políticos y sindicalistas hablar de "coyuntura", cuando al día de hoy, no he logrado averiguar el significado que le dan a la palabra.
Necesitamos actualizarnos: el comunismo ya no existe y no estamos en guerra. Ya pasó la década del '60 con sus Hippies, la de los '70s, y '80s. Los gobiernos de facto ya pasaron a los libros de historia. Ya no estamos en los '90s, por más nostalgia que tengas, un grabador digital tiene mejor rendimiento que el "Reporter" a cassette. ¡Estamos en el siglo 21! Los paradigmas que han funcionado hasta hace una década ya son obsoletos. Estamos a pasos de comunicarnos telepáticamente con cualquier máquina o persona del planeta y alrededores.

Necesitamos una actualización filosófica, religiosa y moral antes de que la evolución nos deje atrás. La sociedad del futuro, la sociedad de nuestros hijos, no decide basándose en ideologías, sino en lo que mejor funciona para el bien común. Las diferentes ideologías seguirán siendo una excelente motivación para mejorarnos como individuos y como sociedad, pero no serán el único factor a tener en cuenta  al momento de diseñar nuestro país y nuestro mundo.
Algo que considero que debemos dejar atrás con suma urgencia es ese pensamiento conspirativo-paranoico, o "conspiranoico", como solemos decir en diferentes ambientes intelectuales. Basta de creer en persecusiones, eso fue en otra época. Hoy habrá que diferenciar muy bien un "preso político" de un político en prisión, lo cual es completamente diferente. Hay cosas más urgentes e importantes, de inminente solución, que andar tras los que piensan diferente. Evaluemos toda la información referente a un hecho que se difunde o analiza. Tengamos nuestro propio juicio crítico en lugar de ser meros repetidores de una información que se menciona por todos lados.
Por favor, no contaminemos el activismo por la libertad e igualdad universal con actitudes que en otros momentos de nuestra historia dieron lugar a muchas muertes. ¿Qué dijo don José de San Martín en el siglo XIX?

Jamás desenvainaré mi espada para luchar contra mis hermanos americanos. Si nos peleamos, volveremos a ser esclavos.

He visto cómo nuestro país fue dividido por cuestiones políticas, y aún hoy, se critica al otro con odio como si fuera el enemigo. Ya no hay enemigos, sólo muchos individuos  que quieren lo que todos quieren: lo mejor para ellos y sus seres queridos. ¿Y qué tal si todos, los de todos los colores políticos nos juntamos para formar un bello arco iris? ¿Y si quizás nos unimos más, y los colores se funden en uno sólo, un blanco puro como el de los guardapolvos escolares, que nos indican igualdad?
He admirado siempre las comunidades de software libre, inteligencia colectiva y medios libres por una característica común a todas: el respeto por la diversidad, y el escuchar a todos, sin distinción de raza, etnia, sexo, religión o país.
Entiendo la preocupación existente ante lo desconocido. La mejor arma contra el miedo es la informació, no la información superficial que vuela por la red, sino una vista más panorámica y a la vez profunda. Entrevistemos a los actores de nuestra realidad política de hoy, investiguemos, analicemos nombres, direcciones, trayectorias, vínculos y cumplimiento del deber. Existen herramientas muy útiles para filtrar la información y sacar conclusiones.
Por favor, no caigamos en las redes como cornalitos, sepamos distinguir, discernir. No todo lo que brilla es oro. No todo es como pensamos que debería ser. No todo es como nos lo han enseñado. Necesitamos hackear nuestras propias convicciones y someterlas a prueba y evaluación. Hagamos un control de calidad de nuestra formación ideológica. Exploremos nuestro diario vivir como si fuera la primera vez que desembarcamos en este mundo. Cada día es nuevo y trae consigo nuevas experiencias y aprendizajes.
Necesitamos una actualización. Necesitamos aprender todo de nuevo, casi diariamente. Como humanidad hemos sido capaces de superar nuestras capacidades y limitaciones, y ésto nos propone nuevos desafíos.
Considero que las diferencias políticas nos permitirán interesarnos más en el otro, saber cómo piensa, qué siente. Esa empatía nos defenfocará de nuestra cosmovisión egocéntrica y nos permitirá vivir en paz, ya que antes que católico, evangélico, testigo, budista, peronista, radical, negro, rubio, homo, étero, nacido de madre o de máquina, por encima de todo eso somos HUMANOS, homres y mujeres de la misma especie y bajo el mismo cielo.
Saludos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario